Sin silencio.

Sin silencio. Sí, así quiero publicar este post. Sin silencio. ¿Por qué lo titula así? os preguntaréis, pues bien, a continuación os comparto MI OPINIÓN rompiendo mi silencio, una vez más (entre todas las que hagan falta) sobre este tema. Durante mucho tiempo, muchísimo, es lo que las personas homosexuales han llevado consigo mismas, el silencio, el no poder expresar su forma de amar como otras orientaciones sexuales sí hacían (refiriéndonos a la heterosexual, que era la única bien vista y permitida). Pues bien, tras años de constante lucha por su igualdad, por poder darse un simple beso en la calle, o cogerse de la mano, sí, eso que hacemos todo el mundo cuando queremos a alguien, tras tantos años lo han conseguido, y muy merecidamente (recuerdo que la iglesia cristiana permite a día de hoy (hablamos de España) los matrimonios homosexuales), o eso nos hacen creer en la sociedad. Quiero referirme en este post a lo que esta ocurriendo en mi ciudad, Sevilla, con una exposición en el centro histórico, dónde se hayan imágenes de contenido homosexual dedicado al día del orgullo LGTB (no se celebra en concreto la orientación sexual, no, sino la libertad que han conseguido TRAS ESOS AÑOS DE LUCHA, la cual festejan). Ayer, día 23 de junio, llegó a mi muro compartido por varios amigos míos, una publicación donde de una forma poco respetuosa y, porque no decirlo, homofoba, se referían a estas imágenes. Estaban alarmados, sí, alarmados, porque por el centro de Sevilla se encontraban imágenes de personas besándose, fotografías de años anteriores donde se ven personas con ropa (es cierto que poca ropa) llamativa (mostrando el culo), bien... ¿Nos alarma ver esto, que realmente es lo que vemos cuando vamos a una piscina o a la playa, y no nos alarma por ejemplo un anuncio que publicita un champú en el que sale una mujer reproduciendo un orgasmo cuando se echa el champú?, ¿No alarma los programas que vosotros mismos veis en los que se enseña de todo menos valores, educación y esas cosillas que tanta falta hace a día de hoy en la sociedad?. ¿Qué opino?, pues opino que esas imágenes son maravillosas, son muestra de la libertad que ellos han conseguido a base de lucha, opino que esas imágenes muestran a Sevilla y a su visitante el amor, sí, ese sentimiento en el que independientemente del sexo que sea dos personas se quieren. Muestran un: lo hemos conseguido, y seguiremos consiguiendo. Dolor, me provoca dolor ver que hay personas que se resignan a aceptar esto, a aceptar que dos personas del mismo sexo puedan quererse. Y pena, porque estoy segura que esas mismas personas que critican esto, que reivindican su retirada son las mismas personas que luego ven programas donde aparecen personas desnudas, pero eso... eso es mas normal que el que dos personas del mismo sexo puedan quererse, ¿Verdad? Y no critico con este párrafo anterior al que ve estos programas, porque a diferencia de los que se sienten molestos por la orientación sexual de un colectivo, yo no me meto en la vida de nadie, ni siquiera en lo que vean o dejen de ver en sus casas, son libres, sí, LIBRES. Pero me mata, personalmente me mata que a día de hoy se siga viendo mal estas imágenes que podemos ver por el centro con esta exposición, y que esas mismas personas no formen este mismo escándalo en esos anuncios sexistas que podemos ver por televisión, que no formen estos escándalos por la creación de empleos, que no formen estos escándalos por la educación de sus hijos (sí señores, tenemos colegios públicos, pero colegios públicos que todavía deben mucho que ofrecer), que no formen estos escándalos por tantas y tantas cosas mucho más importante que una exposición que muestra lo que poco a poco han ido consiguiendo este colectivo. Y me siento orgullosa como sevillana de que esta exposición se encuentre pública, por supuesto que sí, porque es lo que se debería promocionar, y no solo de esto, sino del colectivo homosexual y transexual en sí, a quienes acompañaré este año en el festejo de su día. Ellos también son personas, también aman, y ellos también tienen derecho de por fin romper su silencio, estar así, sin silencio.